martes, 11 de agosto de 2009

Bailarina de cajita musical


No existen muchas personas que realmente admire. Solo unas pocas que pasaron por mi vida dejando algo importante, enseñándome algo, que me marcaron en algún aspecto. Personas reales, no personajes “famosos”. Una de ellas es quien hoy presentaré como mi “bailarina de cajita musical”. Una de esas personas que logran llevarse a la vida por delante y no que la vida las lleve por delante a ellas. Pocas como ella pueden dar cátedra en la materia.
Sin duda debe tener debilidades, momentos de frustración, impotencia, dolor; no deja de ser un ser humano. Pero ninguna de estas piedras son imposibilidades para ella. No existe fuerza más poderosa que la creencia que tiene en sí misma y la garra que le pone a todo. Envidiable fortaleza que muchas veces añoro.
Pasa cual cascabel por la vida de la gente, marca, se queda, no pasa desapercibida. Permanece en uno e ilumina el alma. Pisa el escenario fuerte, firme. Brilla.
“No me importa…” encabezaba las frases parada en el escenario tan inmenso y tan chiquito luego de desnudar su alma. Cuanto hay que tener para desnudarse entera frente a tanta gente hablando desde un lugar tan profundo, tan desprotegido. Me acuerdo y todavía se me eriza la piel. Me corren lágrimas por los cachetotes. Pero no es dolor, es admiración, es envidia sana de una persona que decidió ver el vaso lleno. Que disfruta de la vida, que no padece, enfrenta.
Mi queridísima bailarina de cajita musical, es un placer recorrer este camino juntas. Es un placer poder reencontrarnos de a ratos y poder vivir con vos el “disfrute de la vida”