miércoles, 24 de agosto de 2011

El Pacto De Tapiales

A veces siento que puedo escribir monólogos como si estuviese amasando pan. Despues, con la caida del día y la llegada de las sombras, me doy cuenta de que no podría con mi vida sino a traves de los diálogos, de las interrupciones, de las miradas, de las marcas que me enseñan una y otra vez que la vida ha sido pensada, al menos, para dos o de a dos.

Tengo una especie de fetiche con las sillas de ruedas a motor. Creo que mis incapacidades humanas ya alcanzan para no llamar la atención viajando en uno de estos rodados.
Como una rueda de hamster mi cabeza no se detiene. Te piensa. Te olvida. Y mientras te olvida te piensa.

Le temia a tantas cosas menos a la muerte. Ahora es distinto. Me parece que en algún lado Hemingway dijo que el amor estaba representado por aquella mujer que nos hacia olvidar la muerte. Hoy merendé con ella y me dijo que aun faltaba para vernos a los ojos, que me quedara tranquilo. Esa mujer ya no esta. Como dijo alguno de los poetas bohemios, uno logra conocer a la mujer de su vida pero nunca quedarse con ella.

La mujer que me hace olvidar a la muerte me ha devuelto, sin querer, mis pequeños terrores, mis miedos insoldables. En realidad, la he dejado ir, la he perdido.

Es extraño saber que en la despedida no estaba implicita la bienvenida, como otras tantas veces.
Despues, nuestras almas se suicidaron desde un sillon turquesa. Un gato les pasó la lengua, intentando juntar las partes. Un gato que sonrie y extraña la foto familiar.

La figura que inventaste para reemplazar mi fracaso como hombre ha sido de los mejores regalos que he recibido.

Soy el aceite derramado sobre la mesada, la aguja sin ojo. Soy aquello que dice Oliverio, soy la ausencia reprochable. Soy las paredes sin pintar y el mil hojas de papas.

No me gusta citar, pero Benedetti se vuelve mágico:

"Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón. "

Otros han amado con el cuerpo y el corazon. Yo lo hago con el alma.

martes, 23 de agosto de 2011

Heroína jubilada.


Mi compañero de blog y yo nos cruzamos en algún momento de la vida, momento en el cual nos alejaban algunas diferencias o tal vez solo era el desconocimiento del otro.

Tiempo después nos reencontramos en una red social y comenzamos a tener charlas extensísimas de muchos aspectos de la vida, que en su mayoría tenían que ver con relaciones interpersonales.

“Tendríamos que publicar lo que escribimos, generar debate, ver que dice el resto, que lean las cosas productivas que se pueden concluir entre tanta palabrería”, decíamos. Algo deformado creamos “Miradas…”. A los dos nos gusta mucho la lluvia, su sonido, su efecto. También compartimos la adoración por el lago Futalaufquen y su Parque Nacional Los Alerces. Entonces nos imaginamos charlando en la orilla de ese lago y para que el marco sea perfecto imaginamos la lluvia. Y desde ese lugar siempre compartimos nuestros puntos de vista. Nuestras miradas. Miradas bajo la lluvia.

Ya no tenemos nuestras charlas tan seguido, al menos no tan profundas o extensas; no escribimos temas que se debatían en las charlas; básicamente cada uno expresa sus sentimientos, las situaciones cotidianas. Y casi nadie debate de nuestros temas. Pero es nuestro, a nosotros nos sirve. Con eso alcanza.

Como método de penalización mi compañero tiene que hacerme una devolución elaborada de mi último ingreso al blog, hasta que no publique. El cargo se debe al incumplimiento del compromiso que tenemos ambos en utilizar este medio.

Su crítica siempre es halagadora, exigente. El tiene otras formas, mucho más cultas a mi entender. Yo soy más guarra, menos elaborada, más verborrágica. Mas ansiosa también.

Me pareció importante aplicar algunas de sus sugerencias, a pesar que siempre relee mis escritos para ver si “digo bien”, si se entiende. Pero esta vez, con las sugerencias dando vueltas.

Y esta vez, me quede pensando en lo recurrente de mi “Mujer Maravilla”. Seleccione unos fragmentos, para que entiendan mi mambito con ese personaje. Para la postura heroína omnipotente que suelo/solía tomar...

“…nadie me saca el traje de “Mujer maravilla” que me pongo para jugar a que puedo con todo, por asumir que “No fue”, “No salió”, “Termino”.

Ojo! el día que me hago cargo que es solo un disfraz y que no puedo con todo… Pero yo decido como escribir mi historieta y ese disfraz es el que por ahora decido usar…”

“En fin, parece que hoy me saco el disfraz de Mujer maravilla y juego a que hay cosas que pueden doler, que pueden removerse y que tal vez a veces es necesario sacarlo para que después no duela tanto.”

“El traje de mujer maravilla parece que hace tiempo lo deje en el ropero, lo saco de a ratos, me muestro de esa manera, algo violenta a veces. Parece que ahí debe quedar, guardado. Hoy tengo que empezar a ser yo. Aunque no tenga del todo claro como hacerlo. Hoy saco el pie del freno… pongo primera.”

“Porque la mujer maravilla que tanto me quiero creer que soy, también tiene un montón de miedos.”

“Es uno de esos días donde parece que la “mujer maravilla” dejo de ser el disfraz de cabecera para convertirse en el último atuendo que elegiría.”

“Preste mi traje de super héroe (o heroína) y ahora no me queda otra que vestirme de mi misma e ir pa´ frenchi…”

“SE INTENTA DAR CON EL PARADERO DE MI DISFRAZ DE MUJER MARAVILLA. NO LO VEO HACE BASTANTE Y LA REALIDAD ES ABRUMADORA.

SE OFRECE RECOMPENZA POR MI CORAZA Y DISFRAZ DE OMNIPOTENTE.”

“El traje de mujer maravilla nunca lo encontré y lejos de generarme a alguna angustia me siento bien…Y a veces me gustaría, por un ratito, ponerme el traje e ir en busca de aventura.”

“Otra vez te pusiste el disfraz de Mujer Maravilla? No escarmentas mas eh! Te gusto la idea del carnaval? El disfraz, el corso... Y la capa te venia al pelo no? Porque no te miras al espejo antes de salir de tu casa y te das cuenta que tanta papa, tanta pasta... El disfraz ya no te queda... No se si algún día te quedo realmente... Siempre te apretó mucho el personaje...”

Hoy siento que lo deje un poco de lado, que ya no me visto de Mujer Maravilla. Que sin ese disfraz todo se siente más. No tengo ese escudo, no tengo ese prejuicio, no tengo esa protección. Lo real invadió un poco mi ficción creada. La vida que contaba como película de domingo se convirtió en realidad. Tal vez sin el escudo duela todo un poco más, pero la realidad también está repleta de cosas por disfrutar y con ese escudo no se puede. Se trata de realmente, por fin, de una vez por todas hacer reales las palabras. Como dice un amigo mío: cuando escuches y entiendas lo que aconsejas te voy a creer más.

lunes, 22 de agosto de 2011

“Jugate conmigo… pero no juegues conmigo”


Si se trata de autocritica, escribí un montón. Inconstancia, ansiedad, vulnerabilidad, terquedad, cobardía; son algunos de los temas de los que escribo. Son algunos de los mambitos que andan dando vueltas. Autoevaluaciones incansables de las consecuencias de mis actos. Trabajo, trabajo mucho para ser quien pretendo ser. No es fácil.

En definitiva soy muy crítica y exigente conmigo misma. Aunque me vengo “portando bien”, tratando de equilibrar lo sentimental con lo racional. Dando la cuota más aproximada al equilibrio que puedo. Claro que con inconstancia es algo complicado, y si le sumamos la ansiedad, la combinación es explosiva. Analizo, a algunos les parece que en exceso. Soy así, analizo cada acto, puede que sea demasiado. Puede que no sea suficiente.

Pareciera que me va saliendo esto de priorizarme, cuidarme, dejar de boicotearme. Creo que mi vida se va a basar en la búsqueda del equilibrio constante. En el “trabajo” de pensar un poco más las cosas, de asumir que el tiempo pasa y solo depende de mi que el balance sea rico en activos. Y hay un activo que a mi me va a sumar siempre…

lúdico, ca

1. adj. Del juego o relativo a él:
organizaremos actividades lúdicas para los niños.

Y esto es lo que hoy destaco, y me gusta. Soy una mujer lúdica, o el proyecto de una. Colecciono juguetes fluor que venden en el barrio chino que tienen luces de colores adentro (adjunto imagen). Los únicos peluches que guardo en su mayoría tienen sonidos. Juego con Lego para pasar el tiempo. Me gusta jugar. Me gusta que juguemos juntos (no que jueguen conmigo, sepan entender la diferencia). Me divierte pasar tiempo con mis sobrinos “postizos” y jugar a que tengo su edad. Me gusta mantener juegos a pesar del tiempo. Me gusta la creatividad que emplean las personas en generar juegos conmigo. Me divierte. De eso se trata un poquito, que sea divertido.

No sé si es propio de los niños jugar, si me tengo que sentir inmadura o es fobia al paso del tiempo. Pero me gusta jugar. Y este fin de semana festeje mi día. Mi “seguir siendo niña, aun siendo una mujer”.

domingo, 14 de agosto de 2011

Pendiente primaria…


Hace más de cinco años me dispuse a aprender manejo. Mi profesor me recomendó que cambiara mi domicilio a San Fernando. “Es más fácil”, decía. En mi barrio lo tenían de punto por chanta, nunca me hubiesen dado e registro ahí. Hice el curso, cambie el domicilio, me desperté un día muy temprano y cuando llegue a hacer la prueba no se podía por temas burocráticos.

Era diciembre… vinieron las fiestas, las vacaciones, y con los días y los meses ya me había olvidado cual era el freno. Retome el cuso, más de un año después, donde ya nada tenía que ver con San Fernando. Pero seguía con ese domicilio y me sirvió para por fin tener mi registro. Registro que use una sola vez, para dar un par de vueltas manzana con el auto de papá y que se vence en 2013.

Hoy fueron las novedosas “elecciones primarias”, y como tengo tendencia a dejar cosas inconclusas… vote en San Fernando. Lejos, muy lejos de donde soy hoy.

Emprendí mi viaje en tren, hice combinación con un remise porque no conocía la zona, me la había olvidado como el freno. Parecía que iba a ser una elección lejana pero llevadera. Me equivoque.

Me toco la mesa más lenta de todas, a los 30 que estábamos en la fila se le sumaron 2 embarazadas, 1 señor con muletas y algunos inconvenientes por falta de boletas. Una hora y media después, trate de retornar y el remise que pedí se fue porque me demore asique lo espere 10 minutos más. “Una vez que llego a la estación estoy de toque”, pensaba. Que error cometo siempre creyendo que nada peor puede pasar.

El tren se encuentra demorado! Tiene que ver con el robo a una señora en la estación y el cuerpo fallecido de otro pasajero en el andén de enfrente. Se ve que la policía tenía dudas porque lo tapaba, lo destapaba, lo tapaba, lo destapaba. Fuerte la imagen.

Por fin llegó el tren, mas rápido de lo que esperaba y mucho mas lleno también. Librito en mano, y a leer… Pero me distrajo una señora, “testigo de Jehová”, que le leía la “biblia” a otro chico que estaba algo “perdido” según sus propias palabras. “Jesucristo te va a salvar” “Jesucristo es tu camino”, todo el camino escuchándola y viendo como tomados de la mano se emocionaban.

Cuando me estaba por bajar, llegue a escuchar que la señora decía: “otra que sufre mucho es Cristina. Jesucristo la va a ayudar en el camino del duelo y su mandato”.

Así, tapada por la ola, superada por pequeños sucesos consecutivos en el día de las primarias y sabiendo que en Octubre vuelvo de excursión a San Fernando solo pienso en mi manía de dejar cosas a la mitad. En no focalizarme, en empezar y no terminar. En no llegar siquiera a empezar.

Espero que estas palabras no sean solo la catarsis de un día para el olvido, sino el empezar a no dejar todo a la mitad.