martes, 10 de noviembre de 2009


Cuando me pongo a reflexionar en esto que me pasa me acuerdo algo que me dijeron mis papas cuando era chica: “Este cajón no se puede abrir, hay cosas de grandes” ERROR!!! Como me van a decir eso? Justo a mi! Por días no veía la hora que se fueran y me dejaran sola en casa un par de minutos para poder abrir el cajón. Se me pasaron muchísimas cosas por mi ingenua cabecita hasta que por fin lo abrí. Mi cara de decepción cuando vi esa caja inmensa de preservativos es imposible de reproducir. Más que nada porque era esa época donde creía que papá y mamá no tenían sexo y que mi hermana y yo habíamos nacido de un repollo. En el fondo sabia que no tenia que abrir el cajón y sabia que no iba a estar bueno ver eso, pero lo abrí. La triste realidad de que mis padres tenían sexo y que lo hacían a metros de mi cuarto era algo que no podía contemplar. En determinadas etapas de la vida creemos que nuestros padres son seres asexuados, creer que tuvieron sexo solo para concebirnos a nosotros y nuestros hermanos es una realidad que creamos en nuestras cabezas para poder convivir con ellos a metros de ese cuarto. Malditos cochinos! En fin, este no era el tema.

El tema es entender porque aun sabiendo que nos vamos a enfrentar a una realidad que no esta buena decidimos arriesgarnos. Porque tropezar una vez, dos, tres, capaz diez veces con la misma piedra puede ser una manera de entender la “lección” pero vivir tropezando con cada piedra que encontramos en el camino ya creo que es una elección de vida.

Será que aun sabiendo que va a doler, que vamos a sufrir, que no va a estar tan bueno decidimos enfrentarlo? Será que tal vez creemos que podemos cambiar la historia? Total, como no hay libros de la vida, como nadie tiene la receta exacta y como la suerte evidentemente no esta echada podemos dar un batacazo y cambiar la historia? Capaz cambiar la historia y pegarle una patada a esa piedra?

Estoy convencida que después de tanto tropezón va a existir un mimo que compense tanta caída!