martes, 20 de enero de 2009

Relajate y goza...

Siempre me hago preguntas similares... Como se llama lo que siento? Que somos? Que onda? Como defino a una persona que ocupa un lugar muy importante en mi pero que por algo no la denomino "amiga/o"? Que me anda pasando? Que significa para mi? A donde iremos a parar con "esto"? Que nos depara el destino? Y cientos mas...

Estas y muchas otras preguntas siempre generaron inquietud en mi, muchas veces las charle con amigas, otras tantas con la psicóloga y muchas otras veces dieron vueltas en mi cabeza hasta quitarme el sueño. Pero un día decidí dejar de ponerle nombre a las cosas o situaciones, de cuestionarme tanto y dejarme disfrutar.

Siempre uso el mismo ejemplo, se ve que fue el que me hizo entender. "Perdí tanto tiempo poniéndole nombre al perro que íbamos a tener, que nunca llegamos a tener uno." Es así, para que detenerme a cuestionarme tantas cosas si pueden sufrir tantos cambios que muchas veces no voy a poder manejar?

Hoy disfruto un poco mas, cuesta menejar mi ansiedad pero en definitiva eso ya es parte de mi, como espero sea algún día el disfrutar de las cosas.

No busques definición de las cosas amigo, cuando te des cuenta te dejo de pasar y no lo llegaste a disfrutar!

domingo, 18 de enero de 2009

SUEÑO

Se despertó abruptamente y me dijo:

"...soné con vos. Tuve un sueño erótico. Y además, tomábamos cocaína y tuco..."

Juro que me maravilló la capacidad de asociación, la belleza en la unión de las palabras, el tono y hasta la forma vaga y cierta de decir su sueño.

miércoles, 14 de enero de 2009

DEFINICION

¿Cómo se llama cuando después de ver a una persona dos o tres días no podes dejar de pensar en ella?
¿Cómo se llama cuando buscas comlicidad en sus palabras y no te dormís sino hasta estrellarte en sus ojos?
¿Cómo se llama cuando queres volver a verla y alguna extraña intuición te dice que a ella le pasa lo mismo?



Una pena que todo pudiese ser tan complicado...

miércoles, 7 de enero de 2009

Año nuevo, vida nueva? Si, quiero…

Y llegó el 01-01.Sabia que no era determinante pero decidí que lo fuera. Si quedaban “pendientes” desaparecieron como el almanaque 2008.

Arranque con todos los “rituales”, que se que no sirven de nada pero me divierte seguir a alguno de ellos. Me subí a una silla, para bajar con el pie derecho; brinde con una copa que tenia un anillo de oro; comí doce uvas; y prendí una vela amarilla (ultima incorporación a mi lista de rituales). Pero lo mas entretenido es cuando cada miembro de la familia escribe en uno de esos globos que vuelan sus deseos, es un momento bastante particular observar como los distintos miembros de la familia se toman tan “a pecho” los rituales y de verdad ponen esperanzas en cada uno de ellos.


Si tuviera que elegir un termino para definir mi 2008 es TRANSICION, me acomode. Pero el 2009 es DEFINICION. Arranco con muchísimas ganas de concretar muchas cosas, no siempre de gran importancia, pero estoy dispuesta y con muchas energías para cumplirlas. Espero poder cumplirlas. De todas maneras siempre tengo la posibilidad de “hacer borrón y cuenta nueva” y cambiarle el desarrollo a mi historieta…

lunes, 5 de enero de 2009

OBSESION

Dícese de una perturbación anímica producida por una idea fija.

Podría aquí incluir mi tendencia a enamorarme de una canción y repetirla mil veces en el auto.

Así pasaron María Gabriela Epumer (Sirena), Analia Sirio (Que baje), Los Piojos (bicho de ciudad), Claudia Sinesi (El cielo), Mavi Diaz (Baile en el cielo), Pablo Echaniz (Montevideo), Ines Saavedra (Imagenes cotidianas), Alika (Amiga), Kumbia Queers (La Isla con Chicas), Pablo Dacal (Amor es un monstruo), Juana Chang (Play Pausa), Flopa (Debajo del álbum blanco) y algunos otros.

Pero no es lo mismo a poner en un disco todas estas canciones. No sería lo mismo. Y volvería a mi la obsesión por escuchar una y mil veces uno de estos temas.

domingo, 4 de enero de 2009

ECLIPSE

Sigo esperando a la mujer que me regale un eclipse de luna.
No se donde esta. No se como se llama. No se si ya la he visto.
A veces no se si es bueno esperar o salir a buscarla.

¿Te imaginás? Un eclipse...

jueves, 1 de enero de 2009

ELEGIR

Que lindo arrancar el año sabiendo que aun queda gente que elige su propia aventura. A veces yo creo que soy parte de ese grupo, otras me siento el títere de un dios malo, enojado con nuestros propios errores.
Es bueno saber que uno puede enderezar el destino, cambiar de planes, preferir una palabra ó apagar la televisión. Es bueno saber quién esta del otro lado, es bueno ignorarlo a veces.
Es bueno sorprenderse, dejarse llevar, buscar el momento para sonreír. A veces es bueno voltear para llorar, y otras es bueno encontrar el hombro exacto que coincida con el relieve de nuestra cara, de nuestras lágrimas.
Que bueno es poder elegir escribir. Que bueno es el silencio cuando es escogido. Que bueno es imaginarnos en un lugar con lagos, con sombra, siendo testigos del abrazo del agua y las piedras. Que bueno es saber que ese es un lugar en donde podemos volver siempre. Es como una especie de refugio, de hotel perpetuo, de escondite intimo en donde mezclamos nuestros afectos, nuestras ideas, nuestros proyectos, nuestras tristezas.

A veces creo que deberíamos escribir sobre los controles de alcoholemia, las heridos por la pirotecnia y hasta de las guerras que le dan la bienvenida a otros humanos en el mismo momento en que nosotros levantamos las copas y nos llenamos de nueces y turrones.

¿La mirada distinta nos aleja? ¿Nos da respiro? ¿Nos permite una sutil evasión?

Nada de todo eso. A veces, creo, nos eleva. A veces, nos humaniza y nos iguala con el palestino que evita los bombardeos mientras va a almacén.

Me pregunto cuantas cosas podrá elegir. Me pregunto cuantas habrá elegido ya.

Me pregunto si yo puedo elegir o si todo lo que pasa es consecuencia de la elección de otros.
Y a veces pienso, y se que te lo dije, que solemos tener una mirada tan egocéntrica que siempre vemos nuestra propia película y tal vez, de vez en cuando, deberíamos desacelerar y dejar que seamos parte de la película de otro. Aquietarse, observar, permitirnos oír al otro, dejar que muestre sus sentimientos, sus propios milagros cotidianos.