domingo, 26 de septiembre de 2010

Hombres raros, mujeres locas! (asumiendo que a veces hay que generalizar)


Hasta hace unos días juraba que tenía un imán de hombres raros. Indignada juraba que se me pegaban como moscas a la miel. Yo era la miel, y ellos las moscas. Claro esta que esto no podía suceder porque repelo la miel. Entonces me puse a pensar que si no podía ser miel, por mi problema persona con ella, evidentemente todos son raros y no es que tenga un problema en particular.

Ahora bien. Creo que el problema de mi imán radica en la dimensión de “rareza” que tienen “mis hombres raros”. Una vez, un chico me dijo: “yo soy raro”. Tras miles de debates en los que yo trataba de hacerle entender que no existen personas “raras” y que no había nada que me podía parecer una “rareza” en el me di cuenta, que era una persona con MUCHA autocritica en ese aspecto. O se creía más especial que el resto o no quería aceptar que era uno más de su genero.

Después de esa primera declaración de rareza del caballero, me di cuenta que no era el primer hombre que lo declaraba y que si hacía un reconto de experiencias sabidas o vividas. TODOS ellos eran, o se habían convertido, en RAROS!
Resolví entonces que las mujeres también teníamos que tener algo. No soy del tipo feminista, y son en exceso autocritica. Y recordando una conversación con mi amigo “el atrae locas”, me di cuenta que si el era “raro” como todos los demás hombres (por pertenecer a su genero)… Yo tenía que estar loca, como todas las que se le pegaban.
Se me ocurrió preguntarle entonces: Yo estoy un poco loca?, a lo que el respondió, sin siquiera dudar: Claro! Entonces yo era loca, el era raro. No es difícil entender porque existen tantos problemas de comunicación entre hombres y mujeres en mi generación. Como hacen un raro y una loca para entenderse?!?!?! Estamos tan locos y tan raros que no nos permitimos vivir lo deseado a riesgo que el raro nos contagie y nosotros lo enloquezcamos?

En este aspecto, como casi siempre, trato de seguir el consejo de una amiga: “Nunca los vamos a entender, ni te molestes!”. Claro esta que esto me va a costar mucho, teniendo en cuenta mi obsesión para analizarlo todo.
Pero decido añadirle al consejo de mi amiga, un consejo a los “raros”: No traten de volvernos cuerdas, ni entender nuestra locura. No van a poder resolver el enigma de mi género.
Locas, raros! Hagamos lo que podamos!!! Y sigamos creyendo que vamos a encontrar “la excepción”.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Haz lo que yo digo…



El traje de mujer maravilla nunca lo encontré y lejos de generarme a alguna angustia me siento bien. Pero como sucede todo el tiempo, en el camino de cada una de estas rutas hay que remar. Y asumir cuando es “políticamente sano” dejar de hacerlo. Asumir que no siempre hay que esperar hasta que se hunda y no siempre duran las ganas de llegar a ese puerto. Y en definitiva hay cosas que nunca se pueden manejar y exceden nuestras capacidades de remo. Dicen que las algunas situaciones se velan en vida.


“Y la vida sigue y la esperanza es lo último que se pierde”, me dijo alguien una vez. Y yo siempre trato de seguir y seguir, de no frenar y seguir para adelante… Y predico entre los míos que siempre es mejor arrepentirse por haber hecho que por no haber hecho nada. Y después me golpeo la mano reprimiendo mis ganas de hacer las cosas y vivirlas. Evidentemente es más fácil decir que hacer. Y a veces me gustaría, por un ratito, ponerme el traje e ir en busca de aventura.
Alguien lo vio?