jueves, 13 de septiembre de 2012

Quiero



Un pie para mi guitarra. Micrófonos inalámbricos. Un cañón. Lápices de colores.  Viajar, conocer el mundo.  Una biblioteca repleta de libros.  Poder leerlos.
Quiero tiempo.  También, tiempo libre, de ese que habla todo el tiempo Mujica.  Quiero muchas cenas con mis amigos.  Con esos que se bancan mi humor y mis humores.  Con esos que me abrazan sin pretextos, sin excusas.  Quiero tiempo para mis hermanos, para los niños que me rondan el corazón y la cintura. 
Quiero un salero lindo, de mesa, un rallador que no se doble cuando lucha con las zanahorias.  Quiero felicidad.  Toda.  Bueno, bastante, así también le toca a las personas que aprecio.  Quiero una memoria para mi cámara de fotos.  Una cámara de fotos nueva.  Quiero algunos discos de Spinetta.  Ir a recitales de esas bandas de los últimos años.  Hablar con gente, conocerlos.  Pretender.
Quiero un par de zapatillas topper de lona.  Y el amor. Y la mirada. Y la incondicionalidad de tu compañía.
Quiero un perro como el mío.  Medio loco, que explota de alegría al verme, que se sube a mi auto corriendo para ir a pasear.  Un perro que te lame la cara.
Quiero entender sin presunciones, sin metas.  Quiero otro jean.  Quiero una vida en el sur, otra en el mar.  La sinceridad de las personas, el reflejo del alma en el fondo de sus ojos.
Quiero una casa rodante.  Una vida rodante.  Un corazón inquieto.  Quiero el amor, pero no un desierto de azúcar, un vacío eléctrico.  Quiero un cinturón de cuero, una lámpara de luz tenue.  Quiero proyectos, entusiasmo. 
Quiero una lapicera de tinta azul lavable y un montón de biromes.  Quiero seguir midiendo el tiempo en relación al compartido con vos y al que no te tengo y te extraño.  Quiero hacer una película.  Quiero escribir.  Quiero evitar los modelos modernos, el show y la vulgaridad.
Quiero un sótano.  Grande, enorme.  Húmedo y con poca luz.  Quiero tirarme en el pasto, un día de sol sin mas que hacer.  Quiero un horno de pan y un horno de barro.