Un pie para mi guitarra. Micrófonos
inalámbricos. Un cañón. Lápices de colores.
Viajar, conocer el mundo. Una
biblioteca repleta de libros. Poder
leerlos.
Quiero tiempo. También, tiempo libre, de ese que habla todo
el tiempo Mujica. Quiero muchas cenas
con mis amigos. Con esos que se bancan
mi humor y mis humores. Con esos que me
abrazan sin pretextos, sin excusas.
Quiero tiempo para mis hermanos, para los niños que me rondan el corazón
y la cintura.
Quiero un salero lindo,
de mesa, un rallador que no se doble cuando lucha con las zanahorias. Quiero felicidad. Toda.
Bueno, bastante, así también le toca a las personas que aprecio. Quiero una memoria para mi cámara de
fotos. Una cámara de fotos nueva. Quiero algunos discos de Spinetta. Ir a recitales de esas bandas de los últimos años. Hablar con gente, conocerlos. Pretender.
Quiero un par de
zapatillas topper de lona. Y el amor. Y
la mirada. Y la incondicionalidad de tu compañía.
Quiero un perro como el
mío. Medio loco, que explota de alegría
al verme, que se sube a mi auto corriendo para ir a pasear. Un perro que te lame la cara.
Quiero entender sin
presunciones, sin metas. Quiero otro
jean. Quiero una vida en el sur, otra en
el mar. La sinceridad de las personas,
el reflejo del alma en el fondo de sus ojos.
Quiero una casa
rodante. Una vida rodante. Un corazón inquieto. Quiero el amor, pero no un desierto de azúcar,
un vacío eléctrico. Quiero un cinturón
de cuero, una lámpara de luz tenue.
Quiero proyectos, entusiasmo.
Quiero una lapicera de
tinta azul lavable y un montón de biromes.
Quiero seguir midiendo el tiempo en relación al compartido con vos y al
que no te tengo y te extraño. Quiero
hacer una película. Quiero
escribir. Quiero evitar los modelos
modernos, el show y la vulgaridad.
Quiero un sótano. Grande, enorme. Húmedo y con poca luz. Quiero tirarme en el pasto, un día de sol sin
mas que hacer. Quiero un horno de pan y
un horno de barro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario