domingo, 1 de marzo de 2009

LLUVIA

Hoy en realidad iba a decir lo mal que me hace sentir que los que tienen que dar el ejemplo terminen pareciéndose a los que se parecen.
Mentiras, engaños, gritos para justificar la falta de lógica y razón, teatro del más barato, golpes al escritorio. Titularía con un "Palabras, mentiras y emperadores", parodiando a aquella película de similar impronta.
No resignaría ni una de mis oraciones. Sigo contrariado. El destino del que no sabe o a lo sumo, sabe de otra cosa, sigue siendo el de jefe. Imperdonables corazones mirando el acuerdo con el mayor de las traiciones acogotándolos cada vez más fuerte. Luego lo ya sabido... la morisqueta para el público cuando las palabras ya no resisten y se resquebrajan contra la más sincera de las opiniones.

Pero al final, decidí no contar todo esto. Decidí salir a caminar por mi barrio sólo en los momentos en que llovía. Dejando que las gotas se clavaran en mi ropa, dejando que alguien esperara mi mirada ausente, perdida, demasiado generosa, impostergable.

Bajo esa lluvia hice también mi recorrido por los proyectos, las pequeñas ambiciones y las miradas que alguna vez me gustaría cruzar.

Lluvia.
Lluvia de mi vida. Reflejo de mis actos.
Impulso de mis ideas, de mis amores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta la lluvia... aún aquella que se suicida sobre los techos.
Disfruto el tintineo que hace cuando se estrella, resbala y cae formando charcos.
Esos charcos que sólo tienen el propósito de reflejar tus ojos.
Tus ojos-lagos que ven en los charcos-lluvia esa mirada sorprendida, sensible, generosa...