lunes, 13 de julio de 2009

Buscando el equilibrio...


Fragmento del libro “Once minutos” de Paulo Coelho
Del diario de María, dos días después que todo volvió a la normalidad:
La pasión hace que uno deje de comer, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra.
Nadie quiere desorganizar su mundo. Por eso, mucha gente consigue controlar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o una estructura que ya está podrida. Son los ingenieros de las cosas superadas.
Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar en la pasión las soluciones para todos sus problemas. Descarga sobre la otra persona toda la responsabilidad por su felicidad, y toda la culpa por su posible infelicidad. Está siempre eufórica porque algo maravilloso sucedió, o deprimida porque algo inesperado acabó destruyéndolo todo.
Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, cual de las dos actitudes es la menos destructiva?. No sé.

No me importa reconocer que soy ferviente admiradora de los libros de Paulo Coelho. Autoayuda. De eso me parece que se trata todo. De ayudarse. Por eso se empieza, solo tiene que ver con nuestras ganas de ayudarnos. Difícilmente podamos recurrir a alguien más si no tenemos la capacidad de ayudarnos y enfrentarnos a nuestras cosas nosotros mismos primero. Pero eso no fue lo que me llamó la atención de este fragmento de “Once minutos”, que me encuentro releyendo después de algunos años.

Lo que mas me llamó la atención en este caso es lo contradictorios que pueden ser los sentimientos o las reacciones en relación a una misma cosa. “… si fuéramos todos iguales seria aburrido, no?...” me recordaban hace unos días. Claro que coincido con lo aburrido que sería todo si fuéramos iguales, pero en algunos casos me cuesta entenderlo más que en otros. Como una persona se puede “rehusar” a vivir una sensación así? Cuantas cosas pueden pesar para que alguien no se permita disfrutarlo? Cuan grande es tu mochila que no dejas esas sensaciones te alivianen el peso?

Considero que la definición de “María” es algo extremista. Me parece que el equilibrio entre “Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella…” sería casi una ecuación perfecta sin necesidad de destruir ninguna esencia o alma perdida de este universo.

Puedo entender que sea difícil enfrentarse a situaciones dolorosas, a duelos, a fracasos, pero impedirse vivir algo por miedo a que terminen así? No. El “éxito” y el “fracaso” juegan con las mismas chances en las situaciones de la vida. Nunca tenemos la certeza de tener éxito o la seguridad que algo va a salir mal. Siempre corremos un riesgo. Y no enfrentándolo solo logramos una carga en nuestras mochilas. De esas que te dejan con sabor amargo y en un futuro nos terminan dejando con la incógnita: “que hubieses pasado si …?”

"Las decisiones del corazón no se toman con la cabeza"


1 comentario:

Anónimo dijo...

A propósito de la pasión, sólo tengo que agregar que es buena en dosis exactas. Como dice tu texto, ni la negación, ni el desenfreno total. El equilibrio. Conocer los extremos para no transitarlos mas alla de la primera vez.
Vivir. Si! Claro!. De eso hablamos. Tomar ciertos riesgos, aventurarse en la sonrisa de los extraños. Soñar el final de cada pelicula. Vivir.

Autoayuda.
Respeto y compasión.
La literatura tiene amigos más nobles. Es como estar Harrison y pedirle que haga una torta de manzana.
El escritor es inteligente, pero eso no basta para crear belleza. Y la literatura ha sido desde siempre una de las formas de la belleza.

Y por último esa frase. Escapada de un arrebato de locura.
Mis decisiones las toman el corazón y la cabeza. A veces, pesa más el voto de alguno de ellos, pero siempre negocian. Nos hacen creer que no es asi, pero puedo casi asegurarlo.

Milamores.