
le prestó un apoyo incondicional.
el político estaba rodeado de sus incondicionales.
Mi compañero de blog y yo nos cruzamos en algún momento de la vida, momento en el cual nos alejaban algunas diferencias o tal vez solo era el desconocimiento del otro.
Tiempo después nos reencontramos en una red social y comenzamos a tener charlas extensísimas de muchos aspectos de la vida, que en su mayoría tenían que ver con relaciones interpersonales.
“Tendríamos que publicar lo que escribimos, generar debate, ver que dice el resto, que lean las cosas productivas que se pueden concluir entre tanta palabrería”, decíamos. Algo deformado creamos “Miradas…”. A los dos nos gusta mucho la lluvia, su sonido, su efecto. También compartimos la adoración por el lago Futalaufquen y su Parque Nacional Los Alerces. Entonces nos imaginamos charlando en la orilla de ese lago y para que el marco sea perfecto imaginamos la lluvia. Y desde ese lugar siempre compartimos nuestros puntos de vista. Nuestras miradas. Miradas bajo la lluvia.
Ya no tenemos nuestras charlas tan seguido, al menos no tan profundas o extensas; no escribimos temas que se debatían en las charlas; básicamente cada uno expresa sus sentimientos, las situaciones cotidianas. Y casi nadie debate de nuestros temas. Pero es nuestro, a nosotros nos sirve. Con eso alcanza.
Como método de penalización mi compañero tiene que hacerme una devolución elaborada de mi último ingreso al blog, hasta que no publique. El cargo se debe al incumplimiento del compromiso que tenemos ambos en utilizar este medio.
Su crítica siempre es halagadora, exigente. El tiene otras formas, mucho más cultas a mi entender. Yo soy más guarra, menos elaborada, más verborrágica. Mas ansiosa también.
Me pareció importante aplicar algunas de sus sugerencias, a pesar que siempre relee mis escritos para ver si “digo bien”, si se entiende. Pero esta vez, con las sugerencias dando vueltas.
Y esta vez, me quede pensando en lo recurrente de mi “Mujer Maravilla”. Seleccione unos fragmentos, para que entiendan mi mambito con ese personaje. Para la postura heroína omnipotente que suelo/solía tomar...
“…nadie me saca el traje de “Mujer maravilla” que me pongo para jugar a que puedo con todo, por asumir que “No fue”, “No salió”, “Termino”.
Ojo! el día que me hago cargo que es solo un disfraz y que no puedo con todo… Pero yo decido como escribir mi historieta y ese disfraz es el que por ahora decido usar…”
“En fin, parece que hoy me saco el disfraz de Mujer maravilla y juego a que hay cosas que pueden doler, que pueden removerse y que tal vez a veces es necesario sacarlo para que después no duela tanto.”
“El traje de mujer maravilla parece que hace tiempo lo deje en el ropero, lo saco de a ratos, me muestro de esa manera, algo violenta a veces. Parece que ahí debe quedar, guardado. Hoy tengo que empezar a ser yo. Aunque no tenga del todo claro como hacerlo. Hoy saco el pie del freno… pongo primera.”
“Porque la mujer maravilla que tanto me quiero creer que soy, también tiene un montón de miedos.”
“Es uno de esos días donde parece que la “mujer maravilla” dejo de ser el disfraz de cabecera para convertirse en el último atuendo que elegiría.”
“Preste mi traje de super héroe (o heroína) y ahora no me queda otra que vestirme de mi misma e ir pa´ frenchi…”
“SE INTENTA DAR CON EL PARADERO DE MI DISFRAZ DE MUJER MARAVILLA. NO LO VEO HACE BASTANTE Y LA REALIDAD ES ABRUMADORA.
SE OFRECE RECOMPENZA POR MI CORAZA Y DISFRAZ DE OMNIPOTENTE.”
“El traje de mujer maravilla nunca lo encontré y lejos de generarme a alguna angustia me siento bien…Y a veces me gustaría, por un ratito, ponerme el traje e ir en busca de aventura.”
“Otra vez te pusiste el disfraz de Mujer Maravilla? No escarmentas mas eh! Te gusto la idea del carnaval? El disfraz, el corso... Y la capa te venia al pelo no? Porque no te miras al espejo antes de salir de tu casa y te das cuenta que tanta papa, tanta pasta... El disfraz ya no te queda... No se si algún día te quedo realmente... Siempre te apretó mucho el personaje...”
Hoy siento que lo deje un poco de lado, que ya no me visto de Mujer Maravilla. Que sin ese disfraz todo se siente más. No tengo ese escudo, no tengo ese prejuicio, no tengo esa protección. Lo real invadió un poco mi ficción creada. La vida que contaba como película de domingo se convirtió en realidad. Tal vez sin el escudo duela todo un poco más, pero la realidad también está repleta de cosas por disfrutar y con ese escudo no se puede. Se trata de realmente, por fin, de una vez por todas hacer reales las palabras. Como dice un amigo mío: cuando escuches y entiendas lo que aconsejas te voy a creer más.
Si se trata de autocritica, escribí un montón. Inconstancia, ansiedad, vulnerabilidad, terquedad, cobardía; son algunos de los temas de los que escribo. Son algunos de los mambitos que andan dando vueltas. Autoevaluaciones incansables de las consecuencias de mis actos. Trabajo, trabajo mucho para ser quien pretendo ser. No es fácil.
En definitiva soy muy crítica y exigente conmigo misma. Aunque me vengo “portando bien”, tratando de equilibrar lo sentimental con lo racional. Dando la cuota más aproximada al equilibrio que puedo. Claro que con inconstancia es algo complicado, y si le sumamos la ansiedad, la combinación es explosiva. Analizo, a algunos les parece que en exceso. Soy así, analizo cada acto, puede que sea demasiado. Puede que no sea suficiente.
Pareciera que me va saliendo esto de priorizarme, cuidarme, dejar de boicotearme. Creo que mi vida se va a basar en la búsqueda del equilibrio constante. En el “trabajo” de pensar un poco más las cosas, de asumir que el tiempo pasa y solo depende de mi que el balance sea rico en activos. Y hay un activo que a mi me va a sumar siempre…
lúdico, ca
1. adj. Del juego o relativo a él:
organizaremos actividades lúdicas para los niños.
Y esto es lo que hoy destaco, y me gusta. Soy una mujer lúdica, o el proyecto de una. Colecciono juguetes fluor que venden en el barrio chino que tienen luces de colores adentro (adjunto imagen). Los únicos peluches que guardo en su mayoría tienen sonidos. Juego con Lego para pasar el tiempo. Me gusta jugar. Me gusta que juguemos juntos (no que jueguen conmigo, sepan entender la diferencia). Me divierte pasar tiempo con mis sobrinos “postizos” y jugar a que tengo su edad. Me gusta mantener juegos a pesar del tiempo. Me gusta la creatividad que emplean las personas en generar juegos conmigo. Me divierte. De eso se trata un poquito, que sea divertido.
No sé si es propio de los niños jugar, si me tengo que sentir inmadura o es fobia al paso del tiempo. Pero me gusta jugar. Y este fin de semana festeje mi día. Mi “seguir siendo niña, aun siendo una mujer”.
Hace más de cinco años me dispuse a aprender manejo. Mi profesor me recomendó que cambiara mi domicilio a San Fernando. “Es más fácil”, decía. En mi barrio lo tenían de punto por chanta, nunca me hubiesen dado e registro ahí. Hice el curso, cambie el domicilio, me desperté un día muy temprano y cuando llegue a hacer la prueba no se podía por temas burocráticos.
Era diciembre… vinieron las fiestas, las vacaciones, y con los días y los meses ya me había olvidado cual era el freno. Retome el cuso, más de un año después, donde ya nada tenía que ver con San Fernando. Pero seguía con ese domicilio y me sirvió para por fin tener mi registro. Registro que use una sola vez, para dar un par de vueltas manzana con el auto de papá y que se vence en 2013.
Hoy fueron las novedosas “elecciones primarias”, y como tengo tendencia a dejar cosas inconclusas… vote en San Fernando. Lejos, muy lejos de donde soy hoy.
Emprendí mi viaje en tren, hice combinación con un remise porque no conocía la zona, me la había olvidado como el freno. Parecía que iba a ser una elección lejana pero llevadera. Me equivoque.
Me toco la mesa más lenta de todas, a los 30 que estábamos en la fila se le sumaron 2 embarazadas, 1 señor con muletas y algunos inconvenientes por falta de boletas. Una hora y media después, trate de retornar y el remise que pedí se fue porque me demore asique lo espere 10 minutos más. “Una vez que llego a la estación estoy de toque”, pensaba. Que error cometo siempre creyendo que nada peor puede pasar.
El tren se encuentra demorado! Tiene que ver con el robo a una señora en la estación y el cuerpo fallecido de otro pasajero en el andén de enfrente. Se ve que la policía tenía dudas porque lo tapaba, lo destapaba, lo tapaba, lo destapaba. Fuerte la imagen.
Por fin llegó el tren, mas rápido de lo que esperaba y mucho mas lleno también. Librito en mano, y a leer… Pero me distrajo una señora, “testigo de Jehová”, que le leía la “biblia” a otro chico que estaba algo “perdido” según sus propias palabras. “Jesucristo te va a salvar” “Jesucristo es tu camino”, todo el camino escuchándola y viendo como tomados de la mano se emocionaban.
Cuando me estaba por bajar, llegue a escuchar que la señora decía: “otra que sufre mucho es Cristina. Jesucristo la va a ayudar en el camino del duelo y su mandato”.
Así, tapada por la ola, superada por pequeños sucesos consecutivos en el día de las primarias y sabiendo que en Octubre vuelvo de excursión a San Fernando solo pienso en mi manía de dejar cosas a la mitad. En no focalizarme, en empezar y no terminar. En no llegar siquiera a empezar.
Espero que estas palabras no sean solo la catarsis de un día para el olvido, sino el empezar a no dejar todo a la mitad.
Mi psicologa, ex psicologa, una vez me dijo algo que no deja de resonarme en la cabeza. Ya había dejado terapia (para ese entonces había recibido el alta dada por ella, y todavía no haía llamado para volver) y le pedí a la amiga que me había recomendado esa psicóloga (que es raro que se de que dos amigas, que se conocen hace ya más de vente años compartan psicóloga pero ami no me molesta; Graciela me ayudo a ayudarme)…decía que le padi a esa “hermana” mia que le pidiera la casilla de mail. Sentía retribuirle algo y contarle que lo que ella me había ayudado a conseguir estaba resultando. Entonces le escribí, le conte lo bien y feliz que estaba en ese momento de mi vida. Y como algo pasajero le comente que a raíz de una tendinitis de codo había dejado de trabajar en el call center y tenía el trabajo soñado, con mi soñada relación de pareja, mi tan soñada relación con mis padres y lo mas importante, mi “yo soñada” (claro que las cosas cambian muy rápido a veces…). Me respondió, un mail muy lindo aunque algo distante, (nunca quise entender que ella me había dado, yo había confiado, era importante para mi, pero yo no era su amiga, o algo así, se entiende?) y me dijo: “No interpongas tu cuerpo ante tus decisiones”… Uff cuanto me quedo resonando eso, no se si hasta me dio un poco de bronca y por eso sentí un mail distante.
Después de mucho tiempo, ya perdí la cuenta de cuánto transcurrió, realmente entiendo y siento en el cuerpo lo que me decía. Ayer hablando con una amiga por teléfono (en una conversación en la que el micrófono de su celular no andaba, ella me escuchaba pero yo no y ella me respondía del msn. Fue genial, como me divierto con mi amiga)…decía que hablando por teléfono con ella le contaba que estaba enojada. Que me había pasado los dos últimos meses castigándome por mis errores, tratando de no volver a repetir mi mecanismo de auto destrucción y pasando por arriba la culpa del otro. Y hoy estaba enojada, furiosa, con sed de poder lastimar un poquito al otro aun sabiendo que ni lo quiero ni lo siento, pero se me ocurre. Como no se puede dimensionar el dolor del otro? La repercusión que puede generar en el otro nuestros actos?
Lejos de actos de vilencia física o mental al otro, me dolia el cuerpo. Como cuando uno hace gimnasia después de mucho tiempo de no hacerlo y el día después es fatal. Y hoy es mi día después y me duele el cuerpo. Me pesa todo eso y lo siento en el cuerpo, en el corazón ya me había dado cuenta. . .
…creo que es parte, que es inevitabe tanto como llorar sin tener una causa que la “justifique”, como permitirme caer… pero solo tan bajo porque es para llegar mas alto, tomar impulso…
“Disfrutando” de esta etapa, solo porque confío que no vuelvo a esta parte… Y porque haber limpiado 4 horas la casa me dejo de cama!!!
Desilusión
1. f. Desengaño, decepción, impresión que se experimenta cuando alguna cosa no responde a las expectativas que se habían creado:
se ha llevado una desilusión al ver que no había aprobado.
2. Pérdida de la ilusión o falta de ella:
el psiquiatra no logra vencer su desilusión.
Puedo jugarle un pleno a algún número en la ruleta y perder algunos pesos. La plata va y viene. Puedo jugarme un pleno con una persona, y perder cosas que no tienen precio.
Otra vez te pusiste el disfraz de Mujer Maravilla? No escarmentas mas eh! Te gusto la idea del carnaval? El disfraz, el corso... Y la capa te venia al pelo no? Porque no te miras al espejo antes de salir de tu casa y te das cuenta que tanta papa, tanta pasta... El disfraz ya no te queda... No se si algún día te quedo realmente... Siempre te apretó mucho el personaje...
No es mas fácil asumir que no tenes huevos? Que no sos tan fuerte como te gustaría? Que sin una palmadita en la espalda no te sale. Tan difícil es gritar SOS? Es mas de cobarde no asumirlo eh...
Hablar. Tan difícil es hablar? Evidentemente no, sos una charlatana. Hablar con el corazón es lo que no te sale. Te faltan huevos y te sobran inseguridades...
Y una vez mas te encontras tratando de hacerte entender a vos misma que no te resulto. La teoría te quedo clarisima, que cagada la practica che...
En qué momento te convertiste en una descreída del amor? Se preguntaba a ella misma… En qué momento dejaste de creer que podías amar para toda la vida? Cuando paso que dejaste de imaginarte junto a tu amor tejiendo para tus nietos? Cuando mataste a la “Susanita” que siempre vivió latente en vos? En qué momento dijiste abiertamente “mentiría si jurara amor eterno”? No podía responderse…
Cuando uno elije sentarse en un el fondo del cráter más profundo, aunque sea un ratito a la semana, no hay expectativas de nada, menos que menos llegar a la cima de una montaña.
De la nada me pregunte a mi misma si puedo decir en qué momento deje de creer. Y lejos de replantearme la tristeza que puede generar despertarme a una realidad, me alivió. Y pude hacer algunas afirmaciones que me hicieron sentir mejor.
“En el amor creo”. “No importa si el príncipe destiñe, nunca importa el color cuando es el indicado”. “Quien puede pedirle a otra persona que la ame eternamente? yo no”. “Disfruto del enamoramiento, pero detesto creer que es una patraña”. “Nada me genero mas satisfacción en la vida que decirle a alguien que no estaba enamorada, solo lo amaba”.
No estoy descreída del amor, a mi entender asumí que el cuento de hadas es un cuento. Y yo elijo vivir la realidad… El tiempo dirá si puedo prometerlo para toda la vida… o solo vivirlo.